Los partos vaginales o la constitución genética pueden generar cambios en las dimensiones internas y externas de la anatomía del canal vaginal. Esta pérdida del tono muscular y el ensanchamiento generan durante la penetración -tanto en las pacientes como en sus parejas- una pérdida de placer en las relaciones sexuales, lo que resulta en una disminución de la autoconfianza e insatisfacción sexual. Aprovechando los beneficios del uso del láser (menor sangrado, menor inflamación y acortamiento del período postquirúrgico) se realiza un procedimiento para restablecer las dimensiones normales del canal vaginal en toda su extensión, estrechándolo, realzando la tonicidad vaginal, reforzando los músculos y aumentando el control muscular voluntario de los mismos.